Pont del Diable; acueducto romano de Les Ferreres

Pont del Diable

A solo 4Km de Tarragona podemos encontrar el Pont del Diable o acueducto de Les Ferreres. Un espacio en el que disfrutar de la naturaleza y la historia.

Se trata de un pequeño tramo del acueducto que construyeron los romanos para llevar el agua del río Francoli, desde un punto situado entre las poblaciones de Rourell y Puigdelfí, hasta el núcleo urbano de Tarraco. Poco más de 200m de un recorrido total de unos 25Km.

Hay que reconocer, que es un entorno que a quien le guste la fotografía, le permite pasar un rato entretenido y muy provechoso, empezando por supuesto con la imponente presencia del acueducto de Les Ferreres (Pont del Diable) que afortunadamente, podemos disfrutar hoy en día.

¡Recuerda!    Cuando pinches en una para verla en grande, aún puedes ponerla en modo pantalla completa.

Un bonito entorno ¿verdad?

Aquí dejo un plano de localización para ubicarlo….

Podemos llegar de varias maneras. Por la AP-7 en dirección Valencia un poco antes de la salida de Tarragona, desde el barrio de Sant Pere i Sant Pau bien atravesando el bosque por el Este del puente, bien hacia el acceso peatonal de la AP-7 que nos permite llegar por el Sur, …

…o quizá mejor accedemos por la nacional CN-240 en dirección Valls. Tenemos un pequeño aparcamiento y un agradable paseo ajardinado.

El entorno indiscutiblemente invita a pasear…

hacer deporte…

…y percibir la historia formando parte de la propia naturaleza.

Aunque su antigüedad se atribuía en algún caso a la época de Trajano, y mayoritariamente a Augusto, unas recientes pruebas realizadas con el C14 han venido a confirmar que el Pont del Diable, corresponde definitivamente a la época de Augusto (siglo I a.C. ).

En cualquier caso, sea una fecha u otra, para los tiempos de los que estamos hablando, no deja de ser una impresionante obra que aún se mantiene en pie aunque, todo hay que decirlo, a lo largo de su historia ha tenido varios trabajos de restauración y/o conservación como en el siglo X bajo el califato de Abd al-Rahman III, en el siglo XVIII y ya más recientemente, desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días en diversas ocasiones y bajo diversos proyectos.

El que más me llama la atención, es el realizado a caballo entre el XIX y XX, cuando este monumento formaba parte de una finca de unas 30 hectáreas y sus propietarios, decidieron ponerlo en valor y darle el reconocimiento que se merecía preservando la naturaleza del entorno, e incluso creando unos jardines inspirados en el estilo romano. Hablo de los hermanos María y Rafael Puig i Valls.

De esa época precisamente, se conserva la caseta del guarda de la finca. Un pequeño edificio de principios del siglo XX y corte modernista, que ha sido restaurado y acondicionado como un pequeño bar restaurante donde recalar.

Personalmente creo que gracias a esta actuación conservadora de los hermanos Puig i Valls, acabó siendo declarado Monumento Histórico Nacional en 1905, y casi un siglo después, en 2000, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Actualmente, y dese 2005, después de que el ayuntamiento de Tarragona adquiriera los terrenos, pasó a ser la principal atracción de lo que se llamó “Parc Ecohistòric del Pont del Diable” con el propósito de conservar tanto el monumento como su entorno natural.

Ahí, en medio de ese parque “Ecohistórico”, encontramos el Pont del Diable. 217m de longitud total y una altura máxima de 27m construidos en dos niveles de arcos superpuestos, que aseguraban el fluir del agua hacia la antigua Tarraco, gracias a una pequeña diferencia de cota de apenas 40cm, producida al fijar el extremo norte en 56,8m y el sur en unos 56,4m. Al fin y al cabo, era la lógica de los acueductos; aprovechar los desniveles del terreno para asegurar la corriente del agua, y cuando no cuadraba, intervenía la mano del hombre, creando ese desnivel.

La parte inferior con 11 arcos y 63 metros de longitud, sirve de base para el nivel superior en el que 25 arcos han sido los necesarios para salvar el obstáculo de extremo a extremo.

Fue construido con bloques de piedra ligeramente redondeados y en contra de lo que tradicionalmente hacían los romanos, de construirlos en seco, sin ningún tipo de mortero, en este caso los usaron con base de cal, incluso distintas mezclas según las funciones.

Por poner un ejemplo, para construir el specus (canal por donde circula el agua) que originalmente era cubierto, utilizaron en su base un mortero impermeable realizado con cal y cerámica.

Es más, si nos fijamos en el extremo norte, aún podemos intuir la entrada de agua al puente…

Hay que decir, que parece que en su construcción se utilizaron dos calidades de piedra de dos orígenes distintos. En la parte sur, presenta una mejor calidad de piedra – mejor conservado – posiblemente procedente de la zona de Les Coves, y en la parte norte peor conservada, una piedra más porosa procedente de la zona conocida como Mas dels Arcs.

Todo esto, parece que a los investigadores les hace pensar que el puente se construyó simultáneamente por dos equipos de trabajo, cada uno por un extremo, y cada uno con la piedra más próxima.

No es el único acueducto romano, hay unos cuantos por el mundo, pero ese calificativo de “Puente del Diablo” ya es otra cosa. No todos lo tienen. Procede del fascinante mundo de las leyendas y más en concreto, de aquellas en las que para la construcción de un puente -no necesariamente romano- ha sido requerida la ayuda del Diablo. Pacto al canto.

Por lo que he podido averiguar, se pueden encontrar puentes del Diablo en países tan distantes como Bolivia, Colombia y México. Dentro del antiguo y basto imperio romano, tenemos mayor número como por ejemplo, Italia que tiene 9 “Ponte del Diavolo”, Francia con 8 “Pont du Diable” o España con cinco, y entre ellos este “Pont del Diable” de Tarragona.

Respecto a su leyenda, no es muy distinta a las de otros puentes, además del Diablo, puede intervenir el constructor, una anciana, una doncella, o un jugador del lugar, incluso el propio Dios aparece en medio de algunas leyendas. La cuestión es que el Diablo promete la construcción del puente a cambio de un alma, y es ahí donde de una u otra manera, es burlado.

Bueno, ya tenemos una pequeña idea del Pont del Diable y su entorno, pero no quiero terminar este artículo sin decir que, si bien al principio decía que fotográficamente era muy productivo y variado, no debemos olvidar que a veces….

….también hay que mirar en las distancias cortas.

Encontraremos otros motivos para estar un buen rato disfrutando de nuestra cámara. ¿No te parece?

Incluso utilizarlos en nuestras composiciones. 

Ya nada más. Espero que te haya resultado entretenido y agradable tanto ver las fotografías, como las breves reseñas del lugar.

¡¡¡ Gracias por la visita !!!

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