Cuando el contraste de la escena que queremos fotografiar, supera al rango dinámico que es capaz de representar nuestra cámara, estamos ante un verdadero reto y es ahí, cuando…
… toca saber cómo sobrepasar los límites.
Cuando el contraste de la escena que queremos fotografiar, supera al rango dinámico que es capaz de representar nuestra cámara, estamos ante un verdadero reto y es ahí, cuando…
… toca saber cómo sobrepasar los límites.
En el artículo anterior, vimos que podíamos encontrarnos con este tipo de situaciones. ¿Lo recuerdas?
¡Era nuestro gran reto!
También comentábamos que para dominar definitivamente el ‘Rango Dinámico’ en esta situación, era importante estrujarnos el cerebro para averiguar e interiorizar las opciones que teníamos para sacar el máximo partido a nuestra cámara, y al contraste de la escena.
De esa forma, encontraríamos respuestas para la tercera pregunta que dejé formulada cuando expliqué el concepto de rango dinámico…
Como siempre digo de una u otra manera en mis explicaciones, …
En este momento, en el que nuestro reto es dominar el rango dinámico, la situación no cambia. Tenemos que ser capaces de deducir lo que debemos hacer y aviso; no será complicado. Sobre todo porque vamos a tener varias posibilidades de actuación que dependerán..
Empecemos por ‘pensar’ en…
Como punto de partida, podemos estar seguros de que todas las escenas que pretendamos fotografiar estarán incluidas una de dos opciones:
Que NO podamos variar las condiciones de iluminación,
en cuyo caso deberemos apoyarnos como veremos más adelante, en otras funcionalidades e incluso herramientas,
… o que SÍ podamos variarlas,
y esas, son las escenas con las que empezaremos a buscar respuestas.
Todos hemos visto alguna vez a un fotógrafo con un despliegue técnico muy llamativo a base de flashes, reflectores, difusores, paraguas, y un sin fin de artilugios dedicados a la iluminación. Y no sólo en estudios, sino también en exteriores. Sin embargo, se pueden hacer cosas…
… ¿con un papel y un visillo?
O exponía a las luces y perdía detalle en las sombras, o exponía a las sombras y quemaba los perfiles más iluminados. ¿La solución?
Lo más fácil y evidente del mundo…
En primer lugar, cerré el visillo de la ventana para tamizar y suavizar la luz directa del sol, y luego, con un simple papel blanco -una servilleta para ser más exactos-, atenué ligeramente las sombras aprovechando la luz que reflejaba… ¡Eso fue todo!
Parece que tenemos opciones para modular el rango dinámico ¿no?
A ver. Este tipo de escenas siempre se podrán resolver. Eso lo tienes que tener claro.
Otra cosa es que podamos tener mayor o menor dificultad para hacerlo dependiendo de los medios disponibles, pero…
… ¡es fundamental que esta dificultad no te detenga!
Anota esto y no lo olvides.
Lo importante es pensar que en muchos casos podremos modificar las condiciones de luz…
… añadiendo luz a las sombras,
reduciendo la intensidad lumínica de las zonas más iluminadas,
o ambas cosas a la vez.
Eso sí, no hay que ser exagerados. Ni se trata de eliminar las sombras que hay, ni de desaparecer las altas luces que también hay. Sólo tenemos que ir reduciendo los (o el) extremos, para que todo el rango tonal de la escena sea representado, lo más fielmente posible, en nuestra fotografía.
Como vimos en el ejemplo del Zapatito de Venus, para trabajar en esta línea tenemos opciones fácilmente manejables. Por ejemplo, en mis comienzos, llevaba un pequeño difusor que hice a modo de “visillo portátil”. Un trozo de cartón recortado a modo de marco y papel cebolla.
Siempre lo llevaba en mi mochila, y cumplía su función.
¿Notas que las sombras de los estambres y contraste general es menos duro?
Otra “herramienta” que solía llevar, eran unas pequeñas cartulinas que utilizaba a modo de reflectores para en ocasiones, reducir el contraste levantando las sombras ligeramente gracias a la luz reflejada de baja potencia que éstas generan.
Hoy en día, si bien podemos empezar en plan casero a hacer nuestros pinitos, también tenemos en el mercado opciones bastante económicas que suelen venir en formato de kit, como el clásico 5 en 1, con diferentes tamaños y formas.
Los difusores se construyen con telas u otros materiales traslucidos que reducen y tamizan las luces según su textura y transparencia, tanto en interiores como exteriores.
Por su parte, los reflectores pueden ser rígidos o flexibles, pero su principal característica es el color y tipo de superficie porque según sean, reflejaran más o menos cantidad de luz y la “colorearan” o no . Los más comúnmente utilizados son:
Eso sí, como la luz reflejada es de muy baja potencia, obliga a ponerlo bastante cerca de las sombras que pretendemos levantar.
Marca ligeramente las sombras, incluso puede suavizar reflejos en elementos brillantes como metales o cristal.
Esta característica permite colocarlo a mayor distancia, incluso llenar de luz una zona más amplia o provocar un efecto más marcado.
Es decir, varía ligeramente el color en las sombras proporcionándoles un tono más cálido y atractivo.
Una buena forma de practicar e ir visualizando lo que estamos aprendiendo, es hacer pequeños bodegones como el que te dejo a continuación.
Dedicarle un rato a jugar con una pequeña escena controlada, en la que con distintas cartulinas vamos viendo cómo levantamos más o menos las sombras, es un verdadero disfrute y un aprendizaje que no tiene precio.
¿Te animas a probar?
Si lo haces, fíjate cómo varía el efecto con la distancia a la que se pongan las cartulinas del sujeto, y/o de la fuente de luz.
¡Vamos controlando la luz reflejada para controlar las sombras!
Ahora, aparquemos por un momento la luz reflejada y pensemos que…
Efectivamente. Podemos hacer uso de una segunda fuente de luz de menor potencia para suavizar las sombras… y reducir el contraste de la escena.
¡Hummm! parece que esto se complica.
Naaaa. Ahora no hay que preocuparse.
En Aprendiendo fotografía, habrá un módulo que tengo identificado como “Hablemos de luz y color”, en el que veremos con más detalle como en ciertas ocasiones, definiremos todas las luces de nuestra escena creando el contraste que nos interese, modulando las distintas fuentes de luz: principal, sombras, fondos y por supuesto, apoyándonos en reflectores.
Un interesante mundo dedicado al diseño de “esquemas de iluminación”, que siendo más propio de profesionales y aficionados avanzados, tendremos a nuestro alcance conceptualmente y a nivel aficionado de manera práctica, jugando con medios ‘aptos para principiantes’.
Hasta que llegue ese momento, mi intención es que se empiece a pensar y jugar con el concepto, visualizando el hecho de que podemos encontrar formas de provechar una fuente de luz artificial…
… como un foco estándar de los de casa.
Si cerramos los ojos y pensamos en su capacidad de iluminación, por defecto, pensaremos en la iluminación principal de la escena aprovechando la zona central, la de máxima potencia lumínica.
¿Te has fijado que hay otras zonas en las que la potencia lumínica del foco va disminuyendo?
Y si cojo un segundo foco, igual al primero, pero lo pongo de manera que una de las iluminaciones residuales levanten un poco las sombras de mi escena…
¿funcionaría?
Entonces…
con dos lámparas o focos…
de los de casa, podemos empezar a controlar la iluminación de nuestra escena,
¿no?
… y con alguna cartulina…
que le podemos pedir prestada al chaval, tendríamos más juego aún.
¿si?
Entonces, si queremos empezar a jugar más en serio en nuestra afición…
¿Podemos o no podemos hacer cositas para modificar el contraste?
¿Ves que más que difícil, es entretenido?
Más adelante ya hablaremos de otros aspectos como la potencia lumínica, temperaturas de color, ratios de iluminación y otros elementos complementarios que nos ayudarán en el dominio de la luz.
Ahora lo importante es que comprendamos que tenemos opciones para modelar el contraste de algunas escenas tanto por criterios artísticos o compositivos, como por necesidades técnicas para encajarlas dentro de los parámetros que nos impone nuestra cámara.
Y hablando de cámaras. Es hora de averiguar…
Con independencia de que “regulemos” o no el contraste de la escena manejando su luminancia, podemos apoyarnos en nuestra cámara para intentar ‘ampliar’ el rango dinámico de nuestra fotografía, pero ojo, siempre a través de algún tipo de procesado de la imagen. Sea en la propia cámara, o después en un ordenador.
Dicho esto, ¿cuál podría ser la primera opción a ver?
Cuando se derechea, el resultado en bruto es un firme candidato a la papelera de reciclaje, si no fuera porque tiene una gran cantidad de información que podemos aprovechar.
Una edición básica en el ordenador nos hace recuperar las sombras, mejorar el contraste y generalmente, dibujar un buen histograma.
Es cierto que esta opción no nos soluciona el problema cuando el contraste de la escena es muy superior al rango dinámico de nuestra cámara, pero en situaciones en las que vamos rozando los límites, puede ser suficiente. En el resto de las situaciones…
No es otra cosa que sacar varias fotografías (3, 5, 6, …) con exposiciones ajustadas a las sombras, tonos medios y altas luces.
Hace unos años, ajustábamos manualmente la exposición de la primera de las fotografías, y el resto las hacíamos variando el diafragma y disparando tantas fotografías, como considerásemos necesarias para la escena.
En el ejemplo, una para asegurar la ventana, otra para las medias luces y otra para las sombras a fin de lograr una iluminación global más acorde con la realidad que estábamos viendo.
Aunque siempre podemos disparar de esta manera, la evolución tecnológica ha hecho que nuestras cámaras tengan automatismos que les permiten hacerlo a ellas solas. Evidentemente, con los criterios que le hallamos indicado previamente.
En este ejemplo, mi Sony hizo…
… de un disparo, tres fotografías con 3EV de diferencia entre ellas.
Para este tipo de disparos, la Sony RX10-IV permite hacer series de 3 o 5 imágenes con variaciones de exposición de 0’3, 0’7, 1, 2 o 3EV entre ellas, e incluso de 9 imágenes para variaciones de 0’3, 0’7 o 1EV. Después, es cuestión de trabajarlas en el ordenador.
Ahora es un buen momento para que te haga algunas preguntas.
¿Sabes si tu cámara permite hacer este tipo de disparos?
Míralo y dime:
¿De cuántos disparos hablamos?
¿Con qué diferencias de exposición entre ellos?
¿Qué otros parámetros te permite ajustar?
A ver, soy consciente de que estoy tratando de forzarte a leer el manual de tu cámara, pero piensa por un momento en esta imagen que te enseño a continuación.
Esta obra, que se conserva en el museo D’Orsay de Paris, es quizá la primera referencia a esta técnica. Una fotografía del mar y otra del cielo que luego en el cuarto oscuro, se combinaron para obtener un único positivo.
Una gran solución ideada por Gustave Le Gray que dio unos resultados más que aceptables para la época y medios de que se disponía… ¡en 1856!
¿Se imaginan el trabajo que tubo este hombre?
Por tanto, como en otras muchas cosas, no hemos inventado nada nuevo, sino que gracias a la evolución tecnológica hemos mejorado enormemente la eficacia de la técnica en sí misma, y la eficiencia del proceso. Entonces…
¿no es un poco absurdo no hacer uso de esas ventajas tecnológicas que tenemos ahora?
Seguramente hemos visto fotografías de atardeceres con un sol perfectamente definido, incluso con la misma cámara que tenemos nosotros y hasta la fecha, hemos sido incapaces de hacerlo…
¿Ves dónde ha podido estar el secreto?
Todo el trabajo de antaño se reduce, hoy en día, a un único disparo en la cámara y un procesado en el ordenador. Un procesado que encima es automático (aunque con ciertos ajustes) realizado bien por algoritmos implementados en programas de edición más completos, bien por programas específicos dedicados al HDR.
En cualquier caso, el procesado no toca ahora pero en lo que se refiere a la cámara, toma nota y no lo olvides…
Esto me lleva a comentar algunas cosas que deberíamos tener siempre presente al practicar el HDR con multiples disparos:
Salvo que queramos ser creativos y buscar unas texturas muy interesantes, incluso irreales, o que queramos experimentar en el mundo del Fine Art.
La recomendación es utilizar un trípode, aunque todo hay que decirlo. En algunas cámaras no es tan importante porque realmente hacen una captura única, y guardan varios ficheros con los ajustes pertinentes. En cualquier caso, el uso del trípode puede ser una buena costumbre.
Sabido esto, solo añadir que el software de procesamiento de imágenes (general o específico para HDR) suele tener algoritmos que permiten solucionar tanto el problema de alineamiento, como el de los “fantasmas”, aunque claro, con ciertas limitaciones.
No son infalibles, así que a la hora de hacer las fotografías, tengamos en cuenta estos posibles efectos indeseados para minimizarlos al máximo en el momento de la captura. ¿De acuerdo?
Bien. Hasta ahora hemos trabajado CON la cámara apoyándonos en un procesado posterior, pero debemos dar un paso más y pensar en…
Seguimos con la cámara, pero esta vez, averiguando qué podemos hacer sólo con ella. Mas interesante aún.
¡Que pesado! …lo siento
La cuestión es que podemos encontrarnos con alguna que otra sorpresa, como me pasó a mi con la Rx IV.
Descubrí que tenía un modo automático de HDR que saca tres fotografías con una variación de 1 a 6EV, las procesa utilizando como base la exposición central cogiendo las luces de la imagen subexpuesta, y las sombras de la sobrexpuesta. Después entrega un único fichero “procesado” por ella misma.
Y no es lo único.
También tiene una opción que llama ‘Optimización del Rango Dinámico’ (DRO) con la que divide la imagen en pequeñas áreas, sobre las que se analiza el contraste de luz y sombras entre el motivo y el fondo, optimizando el resultado final del conjunto, también sobre un único fichero de salida.
¡El secreto, es averiguar las opciones que ofrece nuestra cámara y probarlas!
Después ya decidirás si usarlas o no, y para qué tipo de escenas.
La última opción, y que incluyo en este apartado porque al fin y al cabo lo hacemos “en” la cámara, es…
Como podemos adivinar en el croquis, se trata de unos filtros que ponemos delante del objetivo, que dejan pasar más o menos luz hasta el sensor de manera gradual. Disminuyen la intensidad lumínica de la escena en la zona afectada, reduciendo así el contraste de la escena.
La siguiente fotografía, fue sacada desde el Mirador Degollada Becerra en mal momento, porque el cielo tenía un brillo tan intenso, que dificultaba la posibilidad de obtener el Roque Bentayga (Gran Canaria) con el Teide (Tenerife) al fondo suficientemente contrastado, y un cielo sin estar verdaderamente “quemado”.
Como verás, es una opción muy específica en la que además,…
… podemos encontrar diferentes opciones para distintas situaciones.
En cualquier caso, el tema de los filtros lo trataré con más detalle en un monográfico. Ahora, sólo pretendo que se visualice que hay otros complementos, como los filtros degradados, con los que también podemos trabajar sobre el rango dinámico y reducirlo algunos pasos…
¡cuando sacamos la fotografía!
¿De acuerdo?
También con el procesado en el ordenador podemos hacer algunas cosas, pero es un tema del que hablaremos en otro momento y en otro espacio de ‘Aprendiendo fotografía’. Ahora lo importante, es que hallamos entendido que podemos trabajar el rango dinámico de nuestras fotografías…
en la escena,
en la cámara,
e incluso en el ordenador.
Por si fuera poco, no son excluyentes por lo que podremos apoyarnos en una o varias de las opciones que hemos visto. A partir de aquí, el siguiente paso te toca darlo a ti. Y sabes cuál es…
¿De acuerdo?
Más adelante, daré un paso más “traduciendo” mis notas sobre la teoría de zonas de Ansel Adams, que relaciona el contraste de la escena y el rango dinámico en todos los pasos de la obtención de la imagen, con una exposición impecable como la de esta fotografía que realizó en 1943…
“The Tetons and the Snake River“.
Una imagen que quizá sea la que más me guste de todas las que he podido ver de él.
El tema de las zonas viene de la época analógica (1930) y requiere estudiarlo con esmero, teniendo especial cuidado en el mundo digital.
Zonas extremas sin texturas para el negro (O) y blanco (X) puros, zonas que representan objetos muy oscuros (I) o claros (IX) pero con cierto nivel de textura, y un amplio rango de zonas “grises” con buenas texturas (II a VIII), y no todas iguales. Más “anchas” las centrales que las extremas, y cada una asociada a cierta “gama de grises”.
En fin, un tema que aún estoy estudiando y que se sale del ámbito de esta sección: ¡Primeros pasos!
Lo que sí demuestra, ahora que estoy terminando la sección, es que en la fotografía podemos disfrutar muchísimo y hacer grandes fotografías una vez superados nuestros “primeros pasos”, pero si queremos profundizar para dominar con precisión milimétrica toda la fotografía, tenemos otros caminos que explorar…
¿exponer a 0EV y derechear?
¿localizamos la zona 5 y trabajamos por zonas nuestra escena?
… y otro tipo de fotografía que realizar.
Amigos, hasta que llegue ese momento, espero que con estos tres artículos dedicados al Rango Dinámico, tengas suficiente información como para que puedas afrontar cualquier reto fotográfico decidiendo, por ti mismo, cual o cuales de las opciones que tienes a tu alcance, serían las más adecuadas para resolverlo.
Sólo te queda practicar,
experimentar lo que hemos comentado
y adiestrar tu ojo fotográfico.
Tomate tu tiempo, y ve experimentando poco a poco ¿vale?
Recuerda que la comunidad de Aprendiendo fotografía está en los enlaces que tienes al pie para resolver tus dudas y aprender de tus experiencias, así que no lo dudes. Compártelas con tus comentarios.
Gracias por la visita, y por haber llegado hasta el final…
Hasta el próximo artículo.
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